EXCURSION ORNITOLOGICA A MARRUECOS
por
Paco Chiclana
Del 5 al 8
de octubre de 2012
Participantes:
Fernando del Valle, Ricardo Martín-Baylo, José Antonio
Lama, Mario Martín, Oscar Rodríguez,
Raimundo Martín y Paco Chiclana.
Especies interesantes observadas: ratonero
moro, perdiz moruna, tórtola senegalesa,
vencejo moro, alondra cornuda sahariana, alondra ibis, calandria
picogorda, terrera sahariana, terrera colinegra, lavandera blanca – ssp
subpersonata-, bulbul naranjero, tordino rojizo, colirrojo diademado, collalba de Seebohm, collalba negra de Brehm, collalba
culirroja, curruca de Tristam, curruca
sahariana, herrerillo africano, alcaudón real -subespecie elegans-, cuervo
desertícola, urraca -ssp mauritanica-, escribano sahariano.
|
itinerario realizado en línea roja |
Resumen:
Ha sido un viaje relámpago pero muy satisfactorio. Las condiciones
laborales-económicas obligan a veces a la realización de estos miniviajes,
pero suficientes para escaparse unos días de la rutina diaria, para observar
nuevas especies de aves, para contemplar nuevos paisajes y para disfrutar
largamente de la compañía de amigos. Realmente sólo han sido dos días de
pajareo más algunas horas añadidas de los días primero y último. Suelo preparar
a conciencia los viajes con el fin de sacarles la máxima rentabilidad, pero
éste ha sido complicado por muchos factores: el destino era el desierto de
Zagora y fue difícil encontrar reports que incluyeran esta zona en internet; el
viaje ha sido en otoño, y la gran mayoría de las crónicas encontradas fueron de primavera, con rutas estándar y puntos de localización de especies muy
concretos - época además donde las aves están muy activas y conspicuas-, justo al
contrario que ahora donde las aves se mueven y dispersan tras la estación de
cría; del grupo que hemos viajado el único que había pajareado anteriormente en
Marruecos era yo, con gran número de especies de allí observadas, por lo que
mis objetivos eran distintos al resto de compañeros y era necesario compaginar
todos los intereses. Finalmente todos los ingredientes han cuajado bien y ha
sido una excursión aventurera y exitosa. Aprovecho para agradecer la información suministrada por amigos como Jose A. Sencianes, Rafa Romero, Jorge Garzón, Pablo Galiano y Condado Requena.
|
grupo © Fernando del Valle |
----Viernes 5 de octubre.-
Viajamos con Ryanair de Sevilla a Marrakech,
aterrizando allí algo después del mediodía, aunque no pudimos salir del
aeropuerto hasta algo más tarde por problemillas en la recogida del coche de
alquiler, una Hyundai H-I de 9 plazas, con gran capacidad y bastante cómoda,
con la que recorrimos casi 1200 kilómetros. Nos dirigimos hacia el Atlas para
cruzarlo por el paso de Tizi-n-Tichka, realizando una parada rápida en la casa
forestal de Toufliath, lugar que no deparó muchas sorpresas ya que se nos
echaba la noche encima (oscurecía sobre las seis de la tarde), no había buenos
lugares de acceso y se acumulaban demasiadas molestias entre niños, perros y
ruido de camiones. Decidimos irnos y despedir el día en la cima de la parte
central del alto Atlas, a 2200 metros, con unas bonitas vistas de roquero rojo
y collalba negra sobre la montaña desnuda.
|
alto Atlas © Paco Chiclana |
Nos esperaban algunas horas de coche
hasta nuestro alojamiento en Zagora, donde llegamos pasadas las diez de la
noche. Para ello tuvimos que alcanzar Ouarzazate y recorrer gran parte del
valle del Draa atravesando el rocoso Jbel Sarhro –la parte este del Anti-Atlas
–y dejando atrás Agdz.
----Sábado 6 de octubre.-
Sobre las seis de la mañana ya había luz, pero un
buen rato antes ya andábamos algunos con prismáticos en ristre en los jardines
del hotel, disfrutando con los primeros bulbules y escribanos saharianos del
tour.
|
bulbul naranjero © Fernando del Valle |
|
escribano sahariano © J.A. Lama |
Desayunamos rápido y marcamos rumbo a Mhamid. Hicimos la primera parada
antes de abandonar Zagora ya que a las afueras, sobre los muros de adobe de las
casas, vimos las primeras collalbas de Brehm, bastante comunes a partir de
ahora y, sin lugar a dudas, la especie más representativa de nuestra ruta
marroquí.
|
collalba negra de Brehm © Fernando del Valle |
Poco después de Tamegroute vimos un palmeral con una pinta genial.
Nos metimos en él y sacamos tórtola senegalesa y perdiz moruna. Había un paso
bestial de paseriformes como papamoscas, mosquiteros, currucas, y podíamos
haber echado allí toda la mañana, pero había que seguir ruta. De Zagora a
Mhamid la carretera atraviesa el típico pre-desierto de Marruecos con un buen
número de lugares interesantes para observación de aves.
|
© J.A. Lama |
Poco después de
Tamegroute cogimos una pista a la izquierda que indicaba Aatar. Hicimos unos
metros y vimos varias alondras ibis y alcaudón real, subespecie elegans
–apelativo bien puesto por lo elegante que es- y una águila pescadora
descansado sobre una torreta eléctrica –curioso verla en este inmenso
secarral-.
|
alondra ibis © Fernando del Valle |
Continuamos ruta y nos detuvimos nuevamente pasado Tinfou, cerca del
puente sobre el río Draa, donde observamos lavandera blanca, subespecie
subpersonata. En la vegetación ribereña mucho taraje y matorral repleto de
paseriformes en paso, con varios zarceros pálidos y bulbules en los palmerales
aledaños. También varios gorriones chillones.
|
oued Draa © Paco Chiclana |
|
lavandera blanca, ssp. subpersonata © Fernando del Valle |
El día estaba relativamente
fresco y no apretaba demasiado el calor, lo que era de agradecer. Seguimos ruta
–viendo alondra ibis desde el coche- y a unos 50 kilómetros de Zagora llegamos
a Jbel Bani, pedregal montano con ratonero moro. Justo después de pasar Jbel
Bani encontramos un oued seco salpicado de acacias a lo largo de su recorrido,
y coronado por uno de las especies objetivo de mi viaje, el tordino rojizo.
|
tordino rojizo © Fernando del Valle |
Bajada urgente de la furgoneta y a disfrutar de los tordinos, que resultaron
ser una familia compuesta de parejas de adultos y cinco juveniles, algunos aún
con boqueras. El bosquecillo de acacias estuvo genial ya que también ofreció
excelentes vistas de curruca de Tristam (que debía haber abandonado ya sus
zonas de cría en la montaña) y terrera sahariana –varias aves que vinieron a
nuestro encuentro-.
|
terrera sahariana © Fernando del Valle |
Y un papamoscas cerrojillo de cola completamente negra, que
bien podía ser un ibérico o bien un papamoscas del Atlas. Era la hora del
bocadillo y decidimos darnos un respiro en un palmeral a la entrada de Ouled
Driss, donde ya empezaban a verse las típicas dunas del desierto y tuaregs con
sus camellos. Justo al bajarnos del coche un par de cuervos desertícolas
reclamaron nuestra atención sobre una torreta eléctrica, ambos con los picos
abiertos para aliviar el calorcillo de las primeras horas de la tarde.
|
cuervo desertícola © J.A. Lama |
Y
después del almuerzo llegada a Mhamid, por fin. Es un pequeño pueblo donde
acaba la carretera y donde empieza el verdadero desierto del Sahara. A partir
de allí ya sólo hay pistas transitables por todo-terrenos o camellos. Era un
espectáculo ver aquello. La escena ante nosotros eran dunas salpicadas de
arbustos y nos metimos por alguna de las pistas de arena firme que se veían.
|
© Oscar Rodríguez |
Sólo unos metros y se cantó curruca sahariana a nuestra izquierda. Se movía
tímidamente por el centro de un arbusto y se largó antes de que se pudiera
observar por toda la peña. La curruca había volado hacia un arbusto cercano
pero no permaneció en él mucho tiempo, siempre escondida, aunque la vimos muy
bien cuando voló de nuevo hacia otro matorral, esta vez más lejano. Había que
moverse rápido, sin titubeos, y decidimos acercarnos en el coche hacia la zona
donde había caído. El problema es que estábamos en el desierto, obviamos las
advertencias, y nos hundimos en la arena cuando la pista se hizo menos
generosa. Bueno, era un viaje de aventura y ya teníamos otra más para contar.
Mientras pensábamos cómo sacar el coche de allí, apareció un valenciano con un
todo-terreno y eliminó el problema rápidamente, situándonos de nuevo sobre
arena firme.
|
© Paco Chiclana |
Tras el susto del atasco, dimos una vuelta por la zona donde cayó
la curruca sahariana, pero ni rastro de ella, aunque sí varias collalbas de
Brehm y alguna alondra ibis. Era mi segunda y última especie objetivo del viaje
y no pude disfrutarla tanto como hubiera querido, como ocurrió con los tordinos
rojizos que se dejaron ver todo el tiempo y a placer. Sólo los que preparamos y
trabajamos previamente las rutas, con bastantes horas de dedicación, sabemos lo
que se disfruta cuando se consigue ver una especie objetivo, y lo que se puede
llegar a sufrir cuando otra de ellas falla o no se deja ver en las condiciones
deseadas (el resto de la peña sumaba esa mañana una decena de bimbos y no le importó
tanto como a mí que la sahariana hubiera sido tan esquiva). En un taller de
Mhamid nos cambiaron una de las ruedas –que estaba en malas condiciones- y
tomamos camino de vuelta. Debíamos llegar a dormir a Ouarzazate y aún nos
quedaban unos pocos kilómetros por delante. A la salida de Tagounite nos
topamos con una zona arenosa, con muy buena pinta, con matorral disperso, y
decidimos despedir allí el día. Dimos una vuelta viendo mucho pajarillo,
añadiendo collalba de Seebohm –un macho mudando que debía también haber
abandonado sus áreas de cría -, collalba rubia, terrera común y muchos más.
Y de vuelta a Ouarzazate nos cogió una tormenta
sobresaliente. Primero fue seca pero con descargas eléctricas a tutiplén, y
posteriormente con lluvia intensa. Y entre ellas una tormenta de arena que nos
cubrió totalmente, cegándonos y dejándonos sin visibilidad. Paramos el coche y
esperamos unos minutos que pasara el borrascón. Curiosísimo ver ese otro
espectáculo en el desierto, donde se supone que llueve poquísimo. Ya había
oscurecido pero se veían inundadas las llanadas de nuestro alrededor ¡ya
decíamos que iba a ser un viaje totalmente aventurero!. Hasta que alcanzamos
Zagora la carretera apareció inundada en varios tramos dudando si podríamos
cruzarla en algunos de ellos. Afortunadamente después de Zagora la cosa mejoró
bastante y pudimos llegar a Ouarzazate
pasadas las diez de la noche. Dejamos atrás el valle del Draa, con sus oasis y
palmerales, que se mostraron muy bonitos incluso en la oscuridad de la noche.
----Domingo 7 de octubre.-
Nos acostamos tarde pero nos levantamos temprano ya
que aconsejé a la peña estar en el Tagdilt Track sobre las 7 de la mañana, y
distaba de nosotros algo más de cien kilómetros. Yo conocía ese lugar de mi
anterior viaje y sabía que podía añadir varias especies nuevas a la lista del
grupo. Quizás podía haber intentado el buitrón desertícola en el Jbel Sarro, en
la zona pedregosa y de matorral disperso subiendo a Agdz, viniendo de
Ouarzazate, pero sabía que el Tagdilt iba a ser generoso e iba a dar muchas
alegrías al grupo en general (aunque yo no sumara ninguna especie nueva). El
Tagdilt Track es una estepa fácilmente accesible al sur de la parte central del
alto Atlas, justo a la salida de Boumalne du Dades. Es una vasta planicie repleta
de especies típicas del pre-desierto marroquí, pero también –lamentablemente-
de basura y desperdicios. Es una pena el mal estado de conservación de aquel
lugar, mucho más deteriorado y maloliente desde mi primera visita cuatro años
atrás. De todas maneras, sigue siendo muy generoso en cuanto a aves y, en pocos
minutos, sumamos collalba culirroja, alondra cornuda sahariana, calandria
picogorda y terrera colinegra.
|
collalba culirroja © J.A. Lama |
|
alondra cornuda sahariana © Fernando del Valle |
|
calandria picogorda © Fernando del Valle |
|
terrera colinegra © J.A. Lama |
También ratonero moro, mucho camachuelo
trompetero, terreras comunes, lavanderas boyeras y alguna bisbita campestre. El
programa indicaba dormir en Marrakech y quedaba bastante camino por delante. A
la vuelta hicimos una breve pausa en el embalse de Ouarzazate –Mansour Eddahbi
Dam- donde sacamos focha moruna, más collalba de Brehm y más alcaudón real
–elegans-.
|
© Paco Chiclana |
|
alcaudón real, ssp. elegans © Fernando del Valle |
Y comenzamos la ascensión nuevamente al paso de Tizi-n-Tichka.
Efectuamos una parada unos 50 kilómetros antes de la cima con la suerte de ver
un bonito macho de colirrojo diademado, y unos metros más arriba una preciosa
hembra.
|
colirrojo diademado © J.A. Lama |
También avión roquero. Nos detuvimos unos minutos en el paso, pero
bastante pobre de aves, a excepción de algunas chovas piquirrojas. Supongo que
la mayoría de las especies del alto Atlas han debido ya haber abandonado estas áreas a
primeros de octubre y haber descendido a cotas más bajas. De todas maneras, en mi
viaje de 2008 cruzamos primeramente el Atlas por Ifrane –noreste del medio
Atlas-, y me pareció mucho más interesante para especies de montaña, con
planicies más ricas y bosques de cedros más extensos para pícidos y paseriformes
varios. En el área de Marrakech es conveniente buscar estas especies en
Oukaimeden, aunque ahora no estaba planificado por falta de tiempo (en mi
anterior viaje Oukaimeden fue todo un éxito). Si queréis leer la crónica de mi viaje marroquí en 2008 podéis hacerlo en:
http://elblogdepacochiclana.blogspot.com.es/2008/08/marruecos-2008.html
Y pasada la cima, hicimos varias
paradas en zonas con rodales y manchas arbóreas en busca de pajarillos, sacando
herrerillo africano –subespecie ultramarinus- y pinzón vulgar –subespecie
africana-, ambos sumamente bellos.
Llegamos a nuestro alojamiento de Marrakech
relativamente temprano, sobre las ocho de la tarde, por lo que podíamos darnos
un pequeño homenaje a base de couscous, tajines y cerveza Casablanca.
----Lunes 8 de octubre.-
El avión despegaba a la una de la tarde y no había
lugar para mucho escape, aunque sí tiempo suficiente para una visita a los jardines
de La Menara donde disfrutamos con la ssp. mauritanica de la urraca, con varios
vencejos moros sobrevolando el palacio y con los cantos de varios bulbules
naranjeros. Ya en el aeropuerto, un escribano sahariano nos despidió en el
interior de la terminal.
|
urraca, ssp. mauritanica © Ricardo Martín-Baylo |
Han sido muchas más las especies anotadas, aunque no
las he reflejado por no aburrir al personal, aunque quizás debiera haber
reseñado también las variedades locales de cogujadas común y montesina, mirlo
común, carbonero garrapinos, agateador común y piquituerto, por ejemplo.
|
© Raimundo Martín |
1 comentario:
Paco muchas gracias por ser tan buen organizador, guía ornitológico y amigo.
Un abrazo
Publicar un comentario