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jueves, 16 de agosto de 2018

Cabo Verde 2018

VIAJE ORNITOLÓGICO A CABO VERDE 
por Paco Chiclana

Del 1 al 9 de marzo de 2018

Participantes: 
Fernando del Valle, Paco Chiclana, José Antonio Lama y Fernando Guerra

grupo en Santiago (c) Fernando del Valle

Recorrido realizado :

Visitamos Santiago -isla de Sotavento- y Sao Nicolau y Razo -isla e islote de Barlovento-

Introducción:
Hay multitud de motivos para una visita ornitológica a Cabo Verde como pueden ser observar varias especies de aves endémicas, ver los vuelos gráciles de los rabijuncos frente a los acantilados, disfrutar de la fuerza de ese mar bravo o gozar del exotismo de este archipiélago volcánico macaronésico situado frente a las costas de Senegal. 


paisaje en Santiago (c) Paco Chiclana
Cabo Verde es el lugar más occidental del continente africano y estuvo deshabitado hasta el siglo XV, cuando fue descubierto por los portugueses y usado como punto estratégico de trata de esclavos entre África y América. El idioma oficial es el portugués, aunque el que se habla en la calle es el criollo caboverdiano (cada isla posee su propio dialecto).
Años atrás algunos amigos habían viajado al archipiélago y nos habían comentado la escasa puntualidad de los vuelos domésticos internos entre islas, por lo que decidimos visitar sólo dos de ellas, Santiago y Sao Nicolau, y no perder mucho tiempo en desplazamientos domésticos. Estas dos islas nos mostrarían las especies objetivo de nuestro viaje. En cambio, nuestra experiencia con estos vuelos ha sido muy satisfactoria y todos han cumplido con sus horarios. Los vuelos internos son operados desde finales de 2017 por Binter y parece que han mejorado ostensiblemente a la anterior compañía que se encargaba de ellos. 
El grupo que viajamos salimos de Sevilla la mañana del día 1 en coche hacia Lisboa, y allí cogimos un vuelo con la TAP hacia el aeropuerto Nelson Mandela, en Praia, Santiago, donde aterrizamos a la una de la madrugada aproximadamente. El trámite de visado fue algo pesado pero sobre las dos y media estábamos en nuestro alojamiento para las primeras dos noches, el Hotel Cesaria, que resultó ser bastante cómodo (nos recogió un transfer del hotel).
Algunos amigos me pasaron valiosa información para preparar el viaje como José María Fernández Zapata, José Portillo, Paco Cabrera y Eduardo García del Rey, a quienes quedo muy agradecido.

2 de marzo.-
A primera hora estábamos desayunando en la bonita terraza del hotel y desde allí ya vimos los primeros gorriones de Cabo Verde. La mañana estaba preciosa y con una temperatura ideal. Durante la estancia en el archipiélago estuvimos alrededor de los veinte grados, aunque en la amanecida (sobre las seis) venía bien un polar, sobre todo si estábamos cerca del mar, y al mediodía había que refugiarse a la sombra o al aire acondicionado del coche. La moneda oficial era el escudo caboverdiano y cambiamos algo en el mismo hotel por no perder mucho tiempo. En nuestra visita el aeropuerto de Praia estaba de obras y no era fácil localizar allí oficinas de cambio. De todas maneras en la mayoría de los lugares aceptan el euro, aunque es bueno siempre llevar algo de moneda local. El coche lo teníamos alquilado con Intercidades, pero no tenían oficina en el aeropuerto y nos lo acercaron al hotel en la mañana. Nos trajeron un Dacia Duster que no iba mal, pero con los neumáticos bastante desgastados. Estábamos en África y no se puede exigir demasiado, aunque es un país bastante más avanzado que otros de ese continente.
Nos pusimos en marcha y compramos algo de avituallamiento. Los precios no eran baratos ya que tienen que importar casi todo de fuera y comprar fruta, agua o pan puede tener el mismo coste que en España. 
Nuestro primer destino era el Barragem de Poilao (15.072769, -23.559403) y allí pusimos rumbo. El coche nos lo dieron casi sin gasolina y hubo que  repostar en la ruta. Alcanzamos el estanque sobre las once de la mañana y ya hacía calorcito.


Barragem de Poilao (c) Paco Chiclana
La pista de acceso desde la carretera va en descenso y es bastante mala y terrosa, por lo que es recomendable todo terreno. Queríamos ver el carricero de Cabo Verde y localizamos un par de ejemplares en la pared con vegetación arbustiva que queda a la derecha si miras a la presa de frente. Costó algo de tiempo ya que en estas fechas aún no están muy cantarines y sólo se les oye un reclamo tipo bulbul naranjero. También por allí vimos el primer alción cabeciblanco del viaje, súper bonito, y unas codornices en unos campos de labor. También nos encontramos con currucas capirotada y tomillera, picos de coral, tórtola turca, cernícalo y gorriones morunos y de Cabo Verde. No había mucha agua en el estanque y decidimos movernos a la presa para ver más de cerca a las limícolas y garzas que albergaba. Una vez allí comprobamos que era un sitio ideal para disfrutar de los vencejos de Cabo Verde ya que había algunos individuos que jugueteaban pasando de un lado a otro y casi nos despeinaban. Dimos un repaso a la lámina de agua (escasa, por cierto) y sacamos cigüeñuela, chorlitejo grande, andarríos grande y chico, agachadiza común, archibebe claro, combatiente, garcilla bueyera, garceta común, garza real y espátula, unas especies en mayor número que otras. Vimos acercarse una garza en vuelo que se posó en una ladera arbustiva y resultó ser una imperial, subespecie bournei, que nos dio mucha alegría. Posee una coloración bastante más azulada que la que vemos por nuestras marismas. Algunos alciones cabeciblancos se posaron cerca de nosotros y nos dejaron unas imágenes de escándalo, y un par de cuervos desertícolas nos sobrevolaron en varias ocasiones. El Barragem de Poilao resultó, como esperábamos, ser un lugar ideal para tachar buena parte de las endémicas. La presa fue construida hace unos años por los chinos con la idea de ayudar al desarrollo agrícola del país. 


presa y templete chino (c) Paco Chiclana
Esa mañana había algunos escolares disfrutando del pantano y les enseñamos a mirar a través de nuestros telescopios, con gran sorpresa por su parte al ver las aves tan cercanas y detalladas.
Era la hora del bocata y después de reponer fuerzas tocaba ir a los acantilados de Praia. Un poco antes de llegar al aeropuerto vimos las primeras pintadas o gallinas de Guinea, y justo por la zona del aeropuerto nos sobrevolaron tres gangas morunas que vimos solo fugazmente pero que mostraron las características propias de esta especie (al parecer primera cita para el archipiélago). Y al llegar a los acantilados (14.925083, -23.478897) no tardamos mucho en ver a los rabijuncos etéreos, espectaculares.


acantilados donde crían los rabijuncos (c) Paco Chiclana
Allí están levantando una gran urbanización turística y veremos a ver si no perjudican a las aves en el futuro. Atravesamos por la zona de obras y nos colocamos próximos al acantilado, disfrutando muchísimo al ver los rabijuncos volar sobre el mar y acariciar los cantiles rocosos (hasta siete ejemplares). También vimos algunos cernícalos y un par de terreras colinegras.
Nos movimos a la cercana Ponta das bicudas (14.912336, -23.481177) desde donde también vimos rabijuncos, los primeros piqueros pardos y más terrera colinegra.
Queríamos intentar la subespecie detorta de lechuza común (de cara más amarillenta y parduzca que la nuestra) y volvimos de nuevo al Barragem de Poilao para ello, donde llegamos casi de noche (oscurecía sobre las siete de la tarde). 


nuestro Duster en Barragem de Poilao (c) Paco Chiclana
A los pocos minutos de llegar a la presa nos sobrevoló un bonito ejemplar de lechuza mientras venían de la ladera varios murciélagos bastante grandotes, aparentemente Taphozous nudiventris. También observamos una garcilla cangrejera a los pies del pantano. Apuntar también que viniendo de Praia vimos otra lechuza unos ocho kilómetros antes de llegar al embalse.
Fuimos para el hotel en busca del merecido descanso, no sin antes tomarnos unas cervecitas y regalarnos una buena cena.

3 de marzo.-
Con las primeras luces andábamos por el área de Salineiro en busca de sorpresas (14.951857, -23.600051) pasada la bella población de Cidade Velha. 


Salineiro (c) Paco Chiclana
Es una pista empedrada que atraviesa una zona esteparia donde conseguimos ver en pocos kilómetros mucho gorrión de Cabo Verde, tres elegantes corredores, alguna terrera colinegra, varios cuervos desertícolas y un buen grupo de monos verdes. 


monos verdes (c) José A. Lama
Por allí hay también un estanque (Barragem de Salineiro) pero lleva seco bastantes años. 


Barragem de Salineiro (c) Paco Chiclana

Curioso que todas las poblaciones, por pequeñas que fueran, poseían un gym park para que el personal hiciera ejercicio, avance que contrastaba con la pobreza que se veía en las zonas más rurales y profundas donde cerditos y gallinas se movían por las calles formando parte del paisaje y plenamente integrados en la vida local (como en la misma aldea de Salineiro).
De vuelta al hotel pasamos por el Faro Doña María Pía (14.900530, -23.509248) desde donde no vimos gran cosa, a excepción de las grandes obras que los chinos estaban haciendo en el puerto de Praia.
Volvimos al hotel, recogimos maletas y al aeropuerto para volar a Sao Nicolau. Allí nos esperaba el chico de Intercidades para recoger el coche. El vuelo interno fue a su hora y algo después de las tres de la tarde estábamos en el aeropuerto de Sao Nicolau. Allí nos recogió otro transfer de nuestro alojamiento para los próximos cuatro días, el Apartothel Edificio Mágico en Tarrafal, regentado por Gabriele Vanni y que resultó también cómodo y a buen precio, con unos desayunos muy reconfortantes.


en el centro de la imagen nuestro Apartothel (c) Paco Chiclana
La reserva del alojamiento la hice directamente con Gabriele en edimagico@gmail.com, con quien también tenía concertado un barco para ir a Razo. Al llegar nos dijo Gabriele que el barco estaba averiado (a pesar de que unos días antes nos había dicho que estaba confirmado), por lo que insistimos en que necesitábamos una embarcación ya que ir a Razo era objetivo principal. Gabriele nos comentó que un conocido suyo tenía un catamarán y a su casa nos fuimos a ver si conseguíamos que nos sacara al mar. El dueño del catamarán se llamaba Thomas y aceptó llevarnos a Razo al día siguiente, aunque nos costaría 400 euros. Nos dijo que el tiempo no iba a ser lo ideal pero que podríamos navegar. Gabriele también nos facilitó el contacto para coche de alquiler, y fue con Pericles Santos en mrentacarsn@gmail.com, con quien concertamos un Toyota Hilux, coche bastante habitual según vimos en la isla. Pericles se acercó al hotel y nos dejó el coche allí.  Algo tranquilos por tener embarcación nos fuimos a esperar la puesta de sol al faro de Barril (16.605180, -24.418526), unos diez minutos en coche desde Tarrafal. 


Faro de Barril (c) Paco Chiclana
Antes de salir vimos un par de piqueros pardos desde la puerta del Apartothel dado que estaba al lado de la playa, cercano al puerto. El mar estaba precioso y en pocos minutos vimos varias pardelas de Cabo Verde y un par de petreles gon-gon o de Cabo Verde, con el islote de Razo al fondo. Aquello era un lugar mágico, unos momentos inolvidables y una puesta de sol insuperable. 


puesta de sol con los islotes de Razo y Branco al fondo (c) Paco Chiclana
En Barril también vimos vuelvepiedras, águila pescadora, gorrión de Cabo Verde que componía el sonido de fondo, curruca tomillera y terrera colinegra.

4 de marzo.-
Habíamos quedado con Thomas sobre las 9 de la mañana en el puerto. En una boya frente al hotel había posado un charrán patinegro, que estaría curiosamente también los próximos días de nuestra estancia allí. A la hora convenida, se acercó Thomas al alojamiento y nos dijo que necesitábamos permiso para navegar e ir a Razo, y que deberíamos obtenerlo en la Estación Marítima de Tarrafal. Era domingo y parecía complicado resolver este incidente, pero Gabriele nos echó un cable y tras algunos esfuerzos y dosis de paciencia conseguimos que el jefe de la Estación Marítima abriera las dependencias y nos diera permiso (al cambio de unos 20 euros), pero indicándonos claramente que el desembarco en el islote de Razo estaba prohibido. Eufóricos por ir superando las trabas nos echamos a la mar y empezamos a navegar.


nuestra embarcación en Sao Nicolau (c) Fernando del Valle
Thomas era alemán y no hablaba inglés, sólo criollo y algo de portugués, por lo que la comunicación con él era muy complicada. Pero tanto él como un marinero que le acompañaba tenían claro que queríamos ver aves marinas y acercarnos a Razo para intentar ver la alondra desde la embarcación, lo que parecía difícil pero no imposible. Razo es un pequeño islote que se encuentra deshabitado, excepto por las aves, siendo el único lugar del mundo donde habita la amenazada alondra de Razo (población desconocida pero según informes anda entre 250 y 1000 ejemplares). Saliendo del puerto nos acompañaron unos piqueros pardos y un gran grupo de delfines moteados se acercaron a curiosear y a jugar con la embarcación. Afortunadamente el catamarán era muy cómodo y mucho mejor que la primera embarcación que Gabriele nos había ofrecido, que realmente era una “bañera” y que ese día no hubiera podido cumplir con los objetivos propuestos por el viento reinante, que arreció bastante una vez salimos del parapeto que nos proporcionaba Sao Nicolau y nos adentramos en el canal entre esta isla y los islotes de Razo y de Branco. La pelágica fue compuesta mayoritariamente por pardelas y petreles de Cabo Verde, aunque era difícil localizar otras especies dado el vaivén del catamarán, excepto las carabelas portuguesas que fueron comunes durante la travesía.


carabela portuguesa (c) Fernando del Valle
Una vez alcanzamos Razo fueron apareciendo sus moradores habituales como piqueros pardos y rabijuncos etéreos que andaban criando en sus paredes rocosas.


alcanzando Razo (c) Paco Chiclana
El mar estaba movido excepto en la cara sur de la isla, donde nos resguardamos para intentar ver la alondra moverse por los cantiles. Apareció una solo fugazmente pero Thomas nos llevó a la esquina suroeste donde él las había visto anteriormente y, en unos minutos, apareció un bando de unas treinta y cinco que vinieron a alimentarse a los bajos del acantilado, donde el mar ya se había retirado, y nosotros flipando en colores. Estuvieron un buen rato yendo y viniendo, en mayor o menor número, por lo que pudimos verlas a placer a pesar del mecido de las olas. Plenamente satisfechos nos comimos el bocata observando otras aves del islote como garcilla bueyera, garceta común, vuelvepiedras, cernícalo, cuervo desertícola y zarapitos trinador, incluido un ejemplar de la subespecie hudsonicus. Los gorriones de Cabo Verde venían al barco en busca de migajas de pan e incluso dejaban casi tocarse. La vuelta a Sao Nicolau fue aún más movida que la ida y al pasar por el canal entre los islotes y la isla principal la fuerza del viento era de más de treinta nudos con olas de casi cuatro metros.


Tarrafal, Sao Nicolau (c) Fernando del Valle
Llegamos a puerto donde Gabriele nos esperaba para acercarnos al hotel, y algunos del grupo nos fuimos a Barril para despedir nuevamente allí el día. Montamos el telescopio y vimos nuevamente pardelas de Cabo Verde y petreles gon-gon. A nuestro alrededor gorrión de Cabo Verde, curruca tomillera, cuervo desertícola y cernícalo.
Las cenas en Sao Nicolau las hicimos en el Museo de la Música, un coqueto restaurante a pie de mar donde esa noche festejamos el éxito de nuestra jornada ornitológica.

cervecita criolla (c) Paco Chiclana
5 de marzo.-
El pre-breakfast lo hicimos nuevamente en Barril con las especies habituales allí como águila pescadora, zarapito trinador, gorrión caboverdiano, curruca tomillera, cuervo desertícola, cernícalo vulgar y vuelvepiedras. Y bastante pardela y petrel de Cabo Verde en el mar, en proporción diría que a un 50%. Hoy tocaba visitar Sao Nicolau y ver qué especies y qué paisajes nos deparaba. Subimos al parque natural de Monte Gordo, interesante botánicamente, y en cuanto a aves se dejaron ver currucas capirotada y tomillera, gorrión de Cabo Verde, picos de coral y pintadas. 


Monte Gordo (c) Fernando del Valle
drago (c) Paco Chiclana
chica subiendo a Monte Gordo (c) Paco Chiclana
Y como nos tiraba de nuevo el mar, bajamos hasta Carboeiro donde la belleza de los cantiles y la bravura de las olas era espectacular. 


Carboeiro (c) Fernando del Valle
Allí disfrutamos con petreles y pardelas de Cabo Verde, piqueros pardos, águilas pescadoras, cuervos desertícolas, garcillas bueyeras, cernícalos y zarapitos trinadores. 


nuestro coche en Sao Nicolau (c) Paco Chiclana
Habíamos quedado con Thomas en hablar con él a la tarde y tantear otra pelágica al día siguiente si el tiempo lo permitía, y nos dijo que habría mucho viento pero que podíamos navegar al resguardo de Sao Nicolau.

6 de marzo.-
Tuvimos que pasar nuevamente por la Estación Marítima de Tarrafal para el preceptivo permiso de navegación y nos hicimos a la mar. La idea ir nuevamente a los islotes de Razo y Branco e intentar ver u oír el regreso a la tarde-noche de los paiños de Madeira (Oceanodroma jabejabe) que crían en Branco, así como pardela chica, pero el patrón nos dijo que las condiciones meteorológicas no lo permitían, por fuerte viento en esa zona, y que había que hacer otro itinerario. La pelágica fue mayoritariamente al resguardo de Sao Nicolau para protegernos del viento y observamos básicamente pardelas de Cabo Verde, en número algo mayor que en días anteriores ya que se iba notando la llegada de las mismas a sus colonias de cría. Thomas era pescador y troceó algunas de sus capturas del día para atraer a las pardelas. También algunos piqueros pardos y un buen grupo juguetón de delfines moteados de regreso al puerto. En esta jornada Thomas nos cobró algo menos al no gastar tanto combustible.


delfín moteado (c) José A. Lama
Para el atardecer fuimos nuevamente a Barril donde aparte de los habituales vimos correlimos tridáctilo y alguna terrera colinegra. Y disfrutamos mucho con el discurrir de los curiosos cangrejos fantasma en la orilla.

cangrejo fantasma (c) José A. Lama
7 de marzo.-
Para no perder la costumbre nuevamente hicimos el pajareo pre-breakfast en Barril. Esta mañana tuvimos muy cerca del faro un rabijunco etéreo y un par de piqueros pardos. También buenas cifras de pardelas y petreles de Cabo Verde, y lo mejor fue ver los lances de caza de varios delfines hacia peces voladores, bastante frecuentes esa mañana por allí. También se dejó ver garceta común, águila pescadora, cernícalo vulgar, gorrión de Cabo Verde, curruca tomillera, zarapito trinador y vuelvepiedras.
Tocaba volver a Santiago y nos fuimos al aeropuerto, aunque hicimos una parada de observación en el puerto de Pregica donde vimos varios vencejos de Cabo Verde entrando a las cavidades del acantilado y algunos pescadores con sus tareas cotidianas.


(c) Paco Chiclana
(c) Fernando del Valle
En el aeropuerto dejamos el coche a Pericles (el chico del alquiler en Sao Nicolau), nos tomamos el bocata y cogimos el avión, aterrizando en Santiago poco después. En esta ocasión este vuelo interno también salió a la hora programada. En Santiago nos esperaba el chico de Intercidades y nos entregó otro coche de alquiler, en esta ocasión un Suzuki Vitara, y fuimos al alojamiento a dejar las maletas. Para esta estancia habíamos reservado en Vivienda Viviana, algo más modesta que Hotel Cesaria, y también regentada por un italiano (como en Sao Nicolau). Los dos alojamientos de Santiago los reservamos a través de Booking.
Dejamos el equipaje en el hotel y nos fuimos nuevamente a Salineiro. Hicimos otra vez la pista adoquinada (14.951857, -23.600051) que va desde pasado Cidade Velha hasta una intersección unos cuatro o cinco kilómetros después. La tarde estuvo genial y vimos cuervo desertícola, terrera colinegra, gorrión de Cabo Verde, pintada y, ya casi de noche, una pareja de alondras negritas que nos pusieron a tope, y una lechuza común -ssp detorta- ya de vuelta y casi llegando a Cidade Velha donde cenamos a orillas del mar. La puesta de sol con la isla de Fogo al fondo fue tremendamente bella.

puesta de sol con la isla de Fogo al fondo (c) Paco Chiclana
8 de marzo.-
Era nuestro último día en Santiago. El pre-desayuno lo hicimos en Ponta dos bicudas, cerca del aeropuerto Nelson Mandela, con terrera colinegra, cernícalo vulgar, gorrión caboverdiano, zarapito trinador y garceta común. Nos asomamos al mar y los acantilados tenían como invitados a rabijuncos etéreos y vencejos de Cabo Verde criando en sus cavidades. También algunos piqueros pardos patrullando el área.


nuestro tercer coche en Ponta dos bicudas (c) Fernando del Valle
Tras el desayuno nos fuimos hacia el norte, a Serra Malagueta, en busca principalmente de busardo ratonero que no vimos y, que al parecer, llevaba un tiempo desaparecido. 


San Salvador do Mundo, camino a Serra Malagueta (c) Fernando del Valle
Visitamos el centro de interpretación y leímos acerca de la aldea llamada Gongon, donde en sus inmediaciones crían algunas parejas del petrel del que recibe su nombre, lo que nos resultó muy curioso. Por allí vimos cuervo desertícola jugando con el fuerte viento de la cima, curruca tomillera, gorrión de Cabo Verde y un ejemplar de garza imperial, ssp bournei, que entró a alimentarse al barranco.
Teníamos cerca la depuradora de Tarrafal (15.265383, -23.757133) y allí fuimos en busca de sorpresas. Vimos garcetas común y dimorfa y limis como andarríos chico y grande, chorlitejos grande y patinegro y archibebe claro. También algunas golondrinas comunes, gorrión de Cabo Verde y curruca tomillera. Estábamos en la playa comiendo bocata mientras varios surfistas se dejaban llevar por unas olas inmensas, impresionantes. Y alguno de nosotros se dio un buen baño refrescante. Tras una merecida siesta marchamos al Barragem dos Flamengos, donde sacamos garcilla bueyera, garceta común, alción cabeciblanco, cigüeñuela, andarríos chico, archibebe claro, gallineta común y tórtola turca. Y ya, casi sin tiempo, nos acercamos a Pedra Badejo (15.129143, -23.524649) para despedir el tour cerca de la laguna marítima que hay allí. El sitio es precioso y nos dio pena no haber tenido algo más de tiempo para emplearlo allí.


laguna en Pedra Badejo (c) Paco Chiclana
Se nos fue el día viendo andarríos grande, bastardo y chico, aguja colipinta, chorlitejos grande y patinegro, garza real, vuelvepiedras, gorrión caboverdiano, currucas tomillera y capirotada, picos de coral, agachadiza común y un morito que hacía de nexo de unión con nuestras marismas del Guadalquivir y que parecía decirnos que había que volver a casa.
Nos regalamos una sabrosa cena de despedida en Santiago e iniciamos el vuelo de regreso a Lisboa, donde nos esperaba un buen aguacero. De allí a Sevilla vinimos acompañados con la música de la caboverdiana Cesaria Evora, cantante ilustre que peleó hasta la muerte por la dignidad de su tierra natal.   

paisaje caboverdiano (c) Paco Chiclana
La guía que usamos en el viaje fue:
---Aves de Macaronesia. Eduardo García de Rey. Lynx Ediciones 2011.


LISTADO DE AVES OBSERVADAS.-

--Common Quail -- Codorniz, ssp inopinata
--Helmeted Guineafowl -- Pintada común, ssp galeata


(c) José A. Lama
--Cape Verde Petrel -- Petrel de Cabo Verde (gon-gon)


(c) Fernando del Valle
--Cape Verde Shearwater -- Pardela de Cabo Verde


(c) Paco Chiclana
--Red-billed Tropicbird -- Rabijunco etéreo, ssp mesonauta


(c) Fernando del Valle
--Brown Boby -- Piquero Pardo


(c) Fernando del Valle
--Little Egret – Garceta Común
--Western Reef Egret – Garceta Dimorfa


(c) Fernando del Valle
--Purple Heron – Garza Imperial, ssp bournei


(c) Fernando del Valle
--Grey Heron – Garza Real
--Cattle Egret – Garcilla Bueyera
--Squacco Heron – Garcilla Cangrejera
--Spoonbill - Espátula Común
--Glossy Ibis -- Morito Común
--Osprey – Aguila Pescadora
--Kestrel -- Cernícalo Vulgar, ssp alexandri en Santiago y ssp neglectus en Sao Nicolau


ssp alexandri (c) José A. Lama


ssp neglectus (c) José A. Lama
--Common Moorhen -- Gallineta Común
--Black-winged Stilt -- Cigueñuela Común
--Cream-coloured Courser -- Corredor Sahariano, ssp exsul


(c) Fernando del Valle
--Common Ringed Plover – Chorlitejo Grande
--Little Ringed Plover -- Chorlitejo Chico
--Kentish Plover -- Chorlitejo Patinegro
--Ruddy Turnstone – Vuelvepiedras
--Sanderling – Correlimos Tridáctilo
--Ruff – Combatiente
--Common Snipe -- Agachadiza Común
--Bar-tailed Godwit – Aguja Colipinta
--Whimbrel – Zarapito Trinador, ssp phaeoopus y ssp hudsonicus
--Common Greenshank -- Archibebe Claro
--Green Sandpiper -- Andarríos Grande
--Wood Sandpiper – Andarríos Bastardo
--Common Sandpiper – Andarríos Chico
--Sandwich Tern – Charrán Patinegro
--Rock Dove -- Paloma Bravía
--Eurasian Collared Dove -- Tórtola Turca
--Chestnut-bellied Sandgrouse -- Ganga Moruna
--Barn Owl -- Lechuza Común, ssp detorta
--Alexander's Swift -- Vencejo de Cabo Verde


(c) Fernando del Valle
--Grey-headed Kingfisher -- Alción Cabeciblanco, ssp acteon


(c) José A. Lama
--Raso Lark - Alondra de Razo


(c) Paco Chiclana
--Black-crowned Sparrow-Lark -- Terrera Negrita, ssp nigriceps


(c) Paco Chiclana
--Bar-tailed Lark -- Terrera Colinegra, ssp cinctura


(c) José A. Lama
--Swallow -- Golondrina Común
--Blackcap -- Curruca Capirotada, ssp gularis
--Spectacled Warbler -- Curruca Tomillera
--Cape Verde Swamp-warbler -- Carricero de Cabo Verde


(c) José A. Lama
--Brown-necked Raven -- Cuervo Desertícola


(c) José A. Lama
--Cape Verde Sparrow -- Gorrión de Cabo Verde



--Spanish Sparrow - Gorrión Moruno
--Common Wabill -- Estrilda Común

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, Paco.
Magnífico "report" del viaje. Veo que al final confirmaron la identidad de la ganga que observaron en Santiago, la cual inicialmente no habían podido determinar a nivel de especie, como me dijiste cuando nos encontramos en el aeropuerto de Praia. Según creo, se trata de la primera cita para el archipiélago, y por tanto debería ser publicada. De hecho, que yo sepa no hay observaciones previas de ninguna ganga para esas islas. Bonitas también las fotos, incluso las de alondra de Raso, que pudieron ver, al igual que nosotros, desde el barco. Por suerte, para ver esta especie no hace falta desembarcar en el islote, que por otra parte está prohibido, salvo que se tenga un permiso específico para ello.
Saludos cordiales,
Rubén Barone