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domingo, 16 de junio de 2013

Escocia 2013

EXCURSION ORNITOLÓGICA A ESCOCIA
 por Paco Chiclana

   Del 30 de mayo al 2 de junio de 2013

grupo © paco chiclana
Participantes: Ricardo Martín-Baylo, Alfonso Barragán, Miguel Angel Carvajal, Juan Russo, Mario Martín,  Raimundo Martín y Paco Chiclana.

Itinerario realizado en línea amarilla

Resumen.-
El objetivo inicial de este segundo mini viaje a Escocia era observar dos especialidades del país, lagópodo y piquituerto escocés. La unión posterior de varios amigos conllevó la ampliación de las especies diana y de los espacios a visitar. Finalmente resultó un tour muy exitoso, enriquecedor y enteramente satisfactorio.
Volamos con Ryanair desde Málaga al aeropuerto de Glasgow Prestwick, aterrizando a primerísimas horas del jueves día 30. Recogimos dos coches de alquiler –con Hertz- y nos dirigimos al hotel a pasar la noche. No conseguimos alquilar una furgona para todos, y la experiencia de viajar en dos coches separados no acaba de convercerme.


paisaje © paco chiclana
Para la preparación del viaje utilicé la información que me facilitaron amigos como Fernando del Valle, Leonardo Casasola, Manuel Jiménez Cintado, Quique Marcelo, Ernest F.J. García, Bernat Iglesias, Antonio Rodríguez Sinovas, Alejandro García Herrera, Alvaro Díaz, Antonio Ceballos, David Cañizares y José Luis Copete, a quienes quedo muy agradecido. También ha sido fundamental la documentación suministrada por el libro “Where to Watch Birds in Scotland” de Mike Madders (Helm).

30 de mayo.-
Amaneció alrededor de las 4:30 horas y algo más tarde ya estábamos en marcha con pocas horas de dormida. Atravesamos el parque nacional de Loch Lomond, con unos maravillosos paisajes, dirección norte. Una corta parada para estirar las piernas nos regaló un par de mosquiteros silbadores muy cantarines.


 paisaje © paco chiclana
Pasamos por Fort William, bordeamos el lago Ness, nos avituallamos y alcanzamos Corrimony (reserva natural de la RSPB –cerca de Cannich-) a la hora del almuerzo. Estábamos en las Highlands, en un día muy agradable, soleado, con una luz limpia que resaltaba el color de lúganos y camachuelos. Tras el bocata iniciamos el ascenso a los lagos de Corrimony a través de un precioso bosquete de pinos de caledonia donde oímos y vimos varios piquituertos tipo escocés. 


Corrimony © paco chiclana
La existencia de piquituerto lorito en la zona, y la posible hibridación entre ambas especies, hace casi imposible reconocer al escocés a simple vista, pero un macho que se nos mostró pletórico reunía los requisitos necesarios para ser bautizado como tal (aunque siguen existiendo dudas). Nos llevamos instrumental para grabación de sonidos pero el resultado no ha sido muy determinante.


piquituerto en Corrimony © Juan Russo
La subida a Corrimony es ligera, rápida y de poca pendiente, y en menos de una hora estábamos tras la masa forestal, en un páramo húmedo precioso, repleto de alondras y bisbitas comunes reproductoras. También varios bisbitas arbóreos cantando en las copas de algunos árboles aislados. La visión fugaz de un par de gallos liras elevó aún más la excitación. Por la zona también una hembra de ciervo escocés. Teníamos uno de los lagos a unos cientos de metros, con una pinta muy buena para sorpresas, pero la peña decidió volver  a los coches y visitar Glen Affric, situado a pocas millas de nuestra posición. Allí no hicimos ruta a pie (el cansancio empezaba a hacer mella) y nos limitamos a recorrer en coche el entorno de la lámina de agua, con buenas observaciones de mirlo acuático, serreta grande, agateador norteño y lavandera enlutada. 


Glen Affric © paco chiclana
mirlo acuático © Juan Russo
Aunque anochecía pasadas las 22:30 horas, después de las ocho de la tarde la actividad de las aves descendía bastante. Dormimos en Inverness, con vistas de corneja cenicienta por el camino.

31 de mayo.-
Hoy tocaban las Cairngorms –el segundo parque nacional de Escocia- y el día amaneció también claro y soleado. Mientras cargábamos maletas se oían zorzales comunes en los jardines. Pusimos rumbo a Lochindorb y atravesamos unos prados verdes deslumbrantes, cargados de faisanes, cornejas negras, gaviotas canas, corzos y escribanos cerillos. Pronto estábamos en la parte sur del lago, rodeados de brezos y de lagópodos escoceses en todo su esplendor, machos cantando, parejas seguidas de pollitos, todo un espectáculo. 


macho de lagópodo escocés © Juan Russo
hembra de lagópodo escocés © Ricardo Martín-Baylo
Para mí lo mejor del viaje; una especie muy atractiva en un entorno inolvidable. Y en el lago una pareja de colimbos árticos criando, inesperados, que nos alegró aún más la mañana.


colimbo ártico © Juan Russo
Hubiera pasado allí toda la jornada, rodeado además de ánsares comunes con sus retoños, bisbitas alpinos cantando desde lo alto, lechuza campestre, pardillo piquigualdo…


brezal en las Highlands © paco chiclana
El siguiente destino era Ben Macdui Plateau para intentar perdiz nival y carambolo, pero el día se fue tornando gris y nuboso lo que tumbó nuestras expectativas. Por lo tanto, pusimos rumbo a Loch Ruthven, otra reserva de la RSPB situada a 14 millas al sur de Inverness. Allí sacamos graja en la llegada y escribano palustre cantando en las inmediaciones del aparcamiento. El lago estaba adornado por más que bonitos zampullines cuellirrojos, con unos plumajes alucinantes, y su entorno tomado por mosquiteros musicales. 


zampullín cuellirrojo © Juan Russo
Empezó a llover algo y nos largamos dirección Aviemore para comer en Abernethy forest. Allí la fina y débil lluvia fue ingrediente de la comida, algo lógico –por otra parte- dado que estábamos en Escocia. 


Abernethy forest © Alfonso Barragán
Dimos un paseo por Loch Garten (dirección a Loch Mallachie) pero la lluvia no nos permitió disfrutar del pajareo, circunstancia que no parecía importunar a los observadores locales. Escuchamos piquituertos que no se dejaron ver, y encontramos algunas plumas de urogallo.
Teníamos reservado alojamiento en Anstruther, al sureste, dirección Edimburgo y pusimos rumbo hacia allí. Por el camino alguna parada con registros de reyezuelo sencillo, chochín y pardillo sizerín. 


chochín © Juan Russo
Dormimos en un acogedor hotel al lado del mar, en el mismo puerto -The Waterfront-, donde en el desayuno nos dieron a probar las famosas haggis escocesas.

alojamiento en Anstruther © paco chiclana
1 de junio.-
Teníamos reservado ferry para visitar la isla de May, en el estuario o fiordo de Forth  “Firth of Forth”, a ocho kilómetros de la costa. Pero antes tuvimos tiempo para asomarnos al mar en Fife Ness, un cabo hacia el noreste, donde disfrutamos de un buen grupo de negrones y de carricerines comunes cantando desaforados en los jardines del campo de golf y expulsando sin titubeos a las currucas zarceras que osaban entrar en su territorio.
Al mediodía montamos en el May Princess que nos llevó a la isla en unos cuarenta y cinco minutos. El paseo en barco fue adelantando el espectáculo que nos esperaba a la llegada. Miles de aves entre fulmares, frailecillos, araos comunes, alcas, gaviotas tridáctilas, cormoranes moñudos, ofreciendo un bullicio impresionante y encantador. 


fulmar © Juan Russo
La primavera también estaba atrasada allí, y los frailecillos aún no andaban cebando, pero sí entraban a las huras con pasto para acomodar los nidos.

frailecillo © Juan Russo
isla de May © paco chiclana
Desembarcamos en Kirkhaven, donde una colonia de charrán ártico competía con los pasajeros por el uso del camino de salida atacando a los viandantes para defender su espacio.

charrán ártico © Ricardo Martín-Baylo
arao común (embridado) © Juan Russo

alca © Juan Russo


colonia de araos comunes © Alfonso Barragán


La visita a la isla se prolongó por tres horas, tiempo en principio suficiente para recorrerla en su totalidad, aunque a nosotros nos fue corto ya que nos entretuvimos demasiado en su parte occidental, con relajantes observaciones de acantilados marinos repletos de vida pajaril y de las habituales focas grises en Maiden Rocks.

focas grises © paco chiclana

Desde allí podíamos ver Bass Rock y centenares de alcatraces volando en círculos sobre la isla. Día soleado, luminoso, aunque algo fresquito.
Volvimos a Anstruther y recogimos el coche del parking de larga estancia (más de dos horas) del mismo puerto, donde es recomendable dejarlo para evitar las temidas multas. En el mismo embarcadero disfrutamos mucho con los plumajes variados de gaviones, gaviotas argénteas (ideal para estudiarlas y en invernada buscarlas en las playas andaluzas) y eíderes. También con las correrías de los bisbitas costeros.

gavión atlántico © Juan Russo

eider © Ricardo Martín-Baylo


Pusimos rumbo a Prestwick donde dormimos en el mismo hotel de la primera noche. Antes nos alegramos aún más el cuerpo con unas merecidas pintas y unas viandas de la zona en un típico restaurante escocés, donde el dueño nos recibió –como casi siempre- hablando de fútbol (nexo de unión internacional).

bisbita costero © Juan Russo
2 de mayo.-
Conducir por la izquierda, las carreteras estrechas con bordillos laterales, los passing place, etc., requieren mucha atención y concentración y los conductores decidieron darse un respiro el último día.


señal de tráfico © paco chiclana
Además, estaba en lista el arao aliblanco y Troon, sito a muy pocos kilómetros, era un lugar perfecto para buscarlo.


arao aliblanco © Ricardo Martín-Baylo
Nos fuimos al puerto y allí mismo observamos varios ejemplares, descansando en los pantalanes o volando hacia orillas rocosas o mar abierto. En los alrededores cisne vulgar y acentor común. Aprovechamos las últimas horas de pajareo escocés observando marinas a lo largo de la costa hacia Irvine, ya cerca del aeropuerto, sumando un grupo de calderones de aleta larga, un par de colimbos chicos y una veintena de negrones especulados. Mientras nosotros andábamos con plumón y abrigados a tope, el personal se paseaba por las playas en bañador ¡de locura!.
Después del almuerzo subimos al avión para volver a casa.
Por cierto, hay que regresar a Escocia para pasar más tiempo en las Highlands y buscar a Nessie, que en esta ocasión nos ha fallado. 

Otras especies:
zampullín chico, garza real, barnacla canadiense, tarro blanco, ánade real, silbón europeo, porrón moñudo, ratonero, cernícalo, ostrero, chorlitejo grande, avefría, vuelvepiedras, golondrina común, avión común, petirrojo, tarabilla común, mirlo, curruca capirotada, mosquitero común, papamoscas gris, carbonero común, carbonero garrapinos, herrerillo común, herrerillo capuchino, andarríos chico, zarapito trinador, gaviota reidora, gaviota sombría, charrán patinegro, charrán común, paloma torcaz, tórtola turca, cuco, vencejo común, pico picapinos, urraca, grajilla, cuervo, estornino pinto, gorrión común, gorrión molinero, pinzón vulgar, pardillo, jilguero y verderón.   
  

5 comentarios:

Andy Paterson dijo...

Un viaje muy existoso (y envidioso). Y no dices nada sobre los mosquitillas que te pueden comer vivo, Paco. Eso, on tuvisteís suerte.

Corriplaya dijo...

Un buen report Paco. Me alegra que disfrutarais en Escocia, ten bien guardadas esas coordenadas para cuando os acompañe a las Highlands.
Un abrazo

capataz Manuel Pajaro dijo...

magnifica y deliciosa entrada Paco, sabia que Escocia aplacaria tu sed de acuaticas y marinas porque es un paraiso para ello

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Precioso reportaje.