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viernes, 28 de mayo de 2010

Madeira 2010 (Zino´s Petrel Pelagic Expedition)





















EXCURSION ORNITOLOGICA A MADEIRA 2010
por Paco Chiclana

DEL 13 AL 18 DE MAYO


Participantes:
Andrés Requejo
Andrés Bermejo
Javier Ferreres
Oscar Llama
Andy Paterson
Raimundo Martín
Paco Chiclana

A mediados de mayo participamos en la primera Zino´s Petrel Pelagic Expedition organizada por Madeira Wind Birds. El objetivo principal de la misma era observar en el mar al escaso y amenazado Petrel de Zino, y el objetivo fue cumplido satisfactoriamente.
Para ello Catarina Fagundes y Hugo Romano, tour leaders de la empresa organizadora, habían programado tres salidas pelágicas con una media de diez horas diarias de duración. Los puntos de observación estaban situados entre quince y veinte millas de Madeira, y para llegar a ellos nos desplazábamos en una embarcación neumática semirrígida (RIB). Para atraer a las aves se utilizó un “chum” sólido, previamente fabricado con pescado fresco, que se disolvía lentamente -a excepción de uno que fue despedazado rápidamente por los mordiscos de una tintorera-. De esta manera conseguimos ver varios petreles de Zino (o Freira) y varios petreles de Fea (o Gon-gon), estos de pico más corto y robusto que empiezan a llegar en estas fechas a las áreas de reproducción de la isla Bugio, en Desertas. Fue todo un placer observar a estos petreles en mar abierto, jugando magistralmente con el viento y las olas, pero no lo fue menos ver a los simpatiquísimos paíños pechialbos dar saltitos sobre al agua, como si de mini canguros se tratara, y desplazarse graciosamente mientras se atiborraban con las migajas del chum ¡momentos inolvidables! Otros actores principales fueron pardelas chicas y pichonetas, paíños europeos, de Wilson y de Madeira, y petreles de Bulwer. Visitantes muy bien recibidos que nos proporcionaron imágenes también espectaculares fueron cachalotes –con un pequeñín entre ellos-, delfines manchados, zifio de Cuvier, tortuga boba, fragatas portuguesas y, entre las aves, gaviota de Sabine, falaropo picogrueso y charrán ártico, todos en plumaje nupcial.



















Otro momento muy gratificante fue cuando echamos el ancla frente a Deserta Grande, al caer la noche, para oír la llegada a las huras de las omnipresentes pardelas cenicientas. La compañía en la embarcación de afamados ornitólogos como Hadorah Sirihai y Steve Howell contribuyó a que los resultados de la expedición fueran inmejorables, aunque hubiera alcanzado nota cum laude si algún que otro día no hubiésemos acabado literalmente empapados.
Los ratos libres los aprovechábamos para observar otras joyas madeirenses. La pista entre Cruzinhas (en concreto, desde un pequeño puente de piedra al salir de la aldea) y la central hidroeléctrica de Faja de Nogueira, a los pies del mirador de Balcoes, Ribeiro Frio, ofreció unas posibilidades fabulosas para disfrutar de la avifauna propia del bosque de laurisilva como reyezuelos, pinzones y palomas trocaces o de Madeira. También visitamos el puerto de Funchal donde vimos un par de charranes rosados. La Punta de San Lorenzo también fue testigo de nuestra presencia, con muy buenas imágenes de tres especies de aves endémicas de la Macaronesia: bisbita caminero, canario y vencejo unicolor. Y en la pequeña charca de Lugar de Baixo, un ejemplar de cerceta de Carolina. Asimismo se han dejado ver, entre otras, las subespecies de lavandera cascadeña (schmitzi), gorrión chillón (madeirensis), curruca capirotada (heineken), pardillo (nana), mirlo (cabrerae), cernícalo vulgar (canariensis) y ratonero (harterti). Amigos que me facilitaron información sobre localizaciones en la isla han sido Gorka Ocio, José Pedro Portillo, Oriol Baena y Rafa Romero, a quienes quedo agradecido.
Y la guinda al pastel fue la visita nocturna al pico Areeiro para escuchar a los petreles de Zino en sus quehaceres amorosos. Es impresionante oírlos a 1800 metros de altura emitiendo sus llamadas de cortejo en vuelo, en una especie de noviazgo prematrimonial que llevan a cabo cuando tienen entre cuatro y seis años. Puedo asegurar que el escenario era de ensueño, con la niebla ascendiendo sigilosamente entre las cimas más altas y los petreles flirteando a la luz de las estrellas.
En cuanto a logística, comentar que nos alojamos en el hotel White Waters, en Machico, y que cada uno de nosotros llegó a Funchal con procedencias distintas. Yo volé desde Faro, vía Lisboa, con TAP y SATA. Aunque finalicé mi estancia en la isla el día 18, mis compañeros permanecieron allí unos días más.
Autores de fotos:
--paisaje, Echium candicans y pinzón.- Paco Chiclana
--grupo 1, petrel y paíño.- Andy Paterson
--grupo 2 y 3.- Raimundo Martín
Javier Ferreres ha subido un video a youtube cuyo enlace es

3 comentarios:

Jesús Menéndez dijo...

Enhorabuena por las observaciones y por la compañía o viceversa.

Paco Chiclana dijo...

muchas gracias Jesus; he disfrutado de ambas cosas.

Anónimo dijo...

Paco, despues de leer tu blog he tenido que ir a secarme, pues parecía que me hubiera salpicado el oleaje. Esos pechialbos... una gozada. Enhorabuena.
Corriplaya