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lunes, 28 de marzo de 2022

Estambul 2022

Estambul 2022

por Paco Chiclana (texto y fotos)

A finales de febrero nos regalamos un viaje a Estambul, ciudad deslumbrante con un encanto intemporal que nos hizo disfrutar a lo grande de sus maravillosos contrastes. Antiguamente conocida como Bizancio y Constantinopla, es una histórica ciudad ubicada entre el mar de Mármara y el Mar Negro.

Fue una mini escapada familiar, no estrictamente pajarera, pero válida para observar algunas de las joyas aladas de este bello lugar transcontinental situado entre Europa y Asia. Además, permitió adentrarse en su riqueza cultural y recorrer el impresionante y espectacular estrecho del Bósforo.  

Santa Sofía es el símbolo de Estambul y una de las imágenes más conocidas de la metrópolis turca

En el arbolado frente a la puerta de de Santa Sofía se dejó ver cotorra alejandrina y tórtola senegalesa.


Paseando por Sultanahmed, donde está situada Santa Sofía, también encontramos otras atracciones de indudable interés como la Mezquita Azul, con sus seis minaretes, y el Palacio de Topkapi.


Miná común en los jardines del Palacio de Topkapi

Y callejear al lado del Cuerno de Oro, histórico estuario que dividía a la ciudad otomana, nos dejó gratísimas sorpresas como observar a miles de gaviotas reidoras, patiamarillas y alguna cáspica deambulando a lo largo del brazo de mar, y disfrutar de un cormorán pigmeo junto a un grande que, aparte de ofrecer una bonita comparativa, me hizo mucha ilusión echarle el ojo nuevamente. 

Y acabar el recorrido junto al Puente Gálata y gozar del ajetreo de la ciudad, del bullicio gaviotero, de varios cormoranes moñudos dedicándose a la pesca y de varios delfines mulares tras los barcos, fue uno de los momentos más gratificantes de la visita.






Así como recorrer en barco el Bósforo por este alucinante estrecho disfrutando de la belleza de ambas orillas y de varios grupos de pardelas mediterráneas que desfilaban en grupos numerosos y veloces a lo largo del canal. Para ello, en Eminönü tomamos una embarcación que nos hizo un crucero de hora y media bajo sus puentes.  


Desde el muelle de Eminönü quedaba cerca el Bazar de las Especias y la Mezquita Nueva, con unas  maravillosas vistas. 



Las cornejas cenicientas fueron habituales y omnipresentes a lo largo de nuestro viaje. 

Añadir que nos alojamos en el Royal Golden Hotel, con una excelente ubicación. Ersín, uno de sus recepcionistas, nos gestionó el traslado al aeropuerto y nos buscó un guía en castellano para recorrer la ciudad. Su nombre era Omar, con teléfono +90 5427600201, y es altamente recomendable por su gran conocimiento de la historia y cultura de Estambul.

Y, como no, degustar sus famosos Kebabs y tomarnos unas fresquitas Bomonti contribuyeron sin duda a pasarlo mejor aún.



Para terminar reseño enlaces a algunas listas de eBird de esos días: 

Lista eBird Sultanahmet 

Lista eBird crucero Bósforo

Lista eBird Cuerno de Oro

Y si alguien está interesado en una crónica de una visita ornitológica al este de este país, puede leerla cliqueando aquí:

Report Turquía 2011


jueves, 3 de marzo de 2022

Estuario del Sado y Castro Verde 2022

Estuario del Sado y Castro Verde 2022

por Paco Chiclana

En esta crónica relato un par de nuevas escapadas al país vecino, separadas por unos días, pero que refundo aquí para no extenderme demasiado.

La primera fue a finales de enero al ESTUARIO DO SADO, en compañía de mi mujer. No fue una salida exclusivamente ornitológica pero, como siempre, los prismáticos van colgados al cuello. Este espacio natural está localizado en la costa atlántica, junto a Setúbal, al sur de Lisboa, y es un lugar precioso. El estuario conecta con el océano Atlántico a través de un estrecho paso de un par de kilómetros de largo, entre las estribaciones de la Sierra de Arrábida (en la foto a la izquierda) y la punta de la península de Troia (en la foto a la derecha). 

Entrada al Estuario del Sado desde el Atlántico (c) Paco Chiclana

Para ver la inmensidad del estuario ascendimos a la sierra de Arrábida, con una inmejorables vistas. Y al mediodía nos acercamos a tomar unas Sagres y unos riquísimos camarões a Portinho da Arrabida, al restaurante D’uportinho , donde nos “rechupeteamos” los dedos a la orilla del mar.


El puerto pesquero de Setúbal nos ofreció bonitos atardeceres y sus alrededores interesantes localizaciones pajariles.



Juveniles de gaviota sombría y de gavión atlántico (c) Paco Chiclana

Lista aves eBird Puerto Setúbal

Lista aves eBird Estuário do Sado-Mitrena

En el interior del Estuario del Sado se sitúa el Puerto Palafítico de Carrasqueira, una auténtica maravilla que te traslada por unos momentos al sudeste asiático. Se trata de un muelle con casetas construidas por los pescadores locales sobre pilotes de madera y que te deja hipnotizado por su singularidad y belleza. Al estar situado entre marismas, arrozales y salinas, el entorno es inmejorable y el bullicio pajaril sobresaliente.

gavión atlántico (c) Paco Chiclana

Puerto Palafítico de Carrasqueira (c) Paco Chiclana


Para llegar a Setúbal, donde hicimos noche esos días, entramos a Portugal por Badajoz observando un inesperado cisne vulgar bajo el Puente de Palmas y, que al parecer, lleva por allí unos cuantos años. 

cisne vulgar (c) Paco Chiclana


Y muy cerca nos quedaba Olivenza. Esta maravilla de ciudad “hispano-lusa”, a orillas del río Guadiana, fue objeto de contienda entre las naciones vecinas durante siglos, quedando como prueba de ello el Puente de Ajuda parcialmente destruido desde 1709.


Camino a Setúbal pasamos por Elvas, con sus fortificaciones defensivas y, a mitad de camino, Evora y su templo romano. También ambas ciudades objeto de parada obligatoria por su rica historia. En Elvas, cerca del Castillo, localizamos una fachada decorada con plantas mostrando un ejemplo ideal de reciclaje para envases.


Al tratarse de una mini escapada no quedó tiempo para visitar otro de los lugares deseados en ese viaje, las estepas de CASTRO VERDE, en el Bajo Alentejo, a las que volví un par de semanas después con mis colegas y amigos Fernando del Valle y Mario Martín. Fuimos desde Sevilla y primero nos acercamos al mar en Isla Cristina para ver las alcas que se estaban moviendo por el litoral y que este invierno eran especialmente abundantes, lo que celebramos con unas fresquitas cervezas y un deliciosos adobos de pez araña en el restaurante La Afición. 


En la mañana entramos de lleno a tierras portuguesas en busca de esos parajes de extraordinaria riqueza ornitológica. Las estepas de Castro Verde, y sus tierras ganaderas, son refugio de una rica comunidad de aves esteparias y áreas de dispersión de juveniles de grandes águilas. Además, nos sorprendió gratamente la cantidad y variedad de alaúdidos, lo que me recordó a los campos que visitaba en mi niñez cuando el uso de fitosanitarios era menos frecuente. Nos movimos fundamentalmente entre la Ermita de Nuestra Señora de Aracelis, San Marcos de Ataboeira y el Centro de
Educación Ambiental Vale Goncalinho, gozando a tope de esos rincones paradisiacos.
Y agradecer a mis amigos Fernando Guerra y Manu Mojarro que me dieron valiosos consejos para el disfrute de estos bellos destinos.

avutardas (c) Paco Chiclana

parejita de cigüeñas (c) Paco Chiclana

Algunas listas de aves de Castro Verde: